22.3.12

Monjas, visión regional, PAU y universidad

Una monja en una cárcel es una sor-presa, aunque la sorpresa es que vuelvo a escribir en este blog.

Hace mucho que no escribo. Bueno, que no publico entradas más bien. He descubierto varias cosas, entre ellas:

1.- Que hoy es el día mundial del agua. Un mundo donde muchísima gente no tiene ni medio litro de agua diario tiene la cara de celebrar este día y de cobrar por agua “potable” un dineral. Se siguen sucediendo guerras, atentados y maldades varias que terminarán antes o después con el planeta y con sus habitantes. Sí, soy esa amiga que te pide el plástico de la chocolatina para tirarlo en los contenedores amarillos habilitados para ello, que se ducha en lugar de bañarse, que cuando el móvil acaba de cargarse quita el cargador del enchufe y que utiliza regletas. Es mi aportación, ¿qué haces tú?

2.- Que el sentimiento europeo ya no es lo que era. Donde antes había unos 26 ó 27 países ahora sólo existen 3 bandos. Los que prosperan e influyen en las decisiones (Alemania y Francia), los que se hunden en la miseria (Grecia, Portugal, España) y los que tocan la moral desprestigiando la moneda europea. Que sí, que todo es más caro, que se han sobrestimado sus posibilidades como moneda unitaria, pero eso ya lo sabíamos desde 1999. Deberíamos de recuperar el valor de unidad, de que la unión hace la fuerza. Pero nadie está dispuesto a perder un puesto de trabajo por ayudar a un país que sólo nos interesa para ir de vacaciones, o para buscar trabajo, ya que en el nuestro siendo joven es misión imposible 4.

3.- Que el pueblo español es un pueblo chaquetero. Es ese niño pequeño que le pide las cosas a papá, y si papá no quiere, se las pide a mamá. El problema es que se quieren obtener beneficios sin tener pérdidas y eso es IMPOSIBLE. Todo tiene un precio. Todo lo que se hace tiene consecuencias. El PSOE ha dotado a España de numerosos avance socio-culturales, olvidado prácticamente el aspecto económico, congelando pensiones, elevado el número de parados hasta cifras exorbitantes y “erradicado” el terrorismo.
Tras las elecciones ganadas por el PP, hemos obtenido un plan donde se recogen una serie de cambios destinados a reducir el paro y mejorar nuestra calidad de vida… ahora como no tenemos trabajo, no tenemos dinero para comprar a nuestros hijos ropa de abrigo para que vayan a su centro educativo sin calefacción ni profesores. Y para trabajar se nos exige al menos una carrera universitaria, cuando antes con leer y escribir es suficiente… ideal entonces que el criterio mínimo de los escolares de primaria sea el de no ser analfabeto.

4.- Que las expectativas que nos inculcan en la escuela con la idea de ir a la universidad y hacer una carrera para que, el día de mañana, seamos “personas de provecho”, son demasiado elevadas. Para empezar te refuerzan con notas positivas, con cariño, y demás estrategias para que te familiarices con la dinámica educativa de este país. Una vez te cae bien tu profesora (tutora en mis tiempos), y haces las cosas medianamente bien, pasas de curso. Y así hasta seis veces. Para luego ser uno más en el instituto, donde cada uno va a la suya y todos a la tuya. Es decir, implícitamente están esperando que la cagues, a que digas o hagas algo que esté fuera de la normalidad para machacarte con ello hasta el día en que hagas la PAU y puedas largarte de todo eso. Pero antes te queda acudir a la orla, ese acto de falsedad infinita amor fraternal y compañerismo con tu clase.

Una vez superas el bachillerato (y todo lo que ello conlleva) te presentas a hacer la PAU. Seis exámenes en tres días. Llegas al instituto donde tienes que entregar tu vida a cambio de 5 números realizar una serie de pruebas que te “garantizan” la posibilidad de acceder a la universidad.

Primer examen, lengua. García Márquez o texto expositivo-argumentativo de las revueltas en Egipto. ¡Lo han puesto a huevo, si hace nada el movimiento 15-M ha invadido las calles con tiendas de campaña y gritos originales! ¬¬ Hipócritas.

Segundo examen, inglés. Esto no se estudia…”se repasa”. Los tiburones… buen tema. Por cierto, la directora del instituto entró en la clase (daba clases de inglés) y tuve contacto directo con ella.

Tercer examen, filosofía. Nietzche. Creo que escribí la palabra “Dios” como 20 veces, y muerte 21.

Cuarto examen, matemáticas5mentarios. A por lo seguro. Por cierto, JAMÁS preguntes a un profesor de ronda de matemáticas “ellos no saben nada”.

Quinto examen, química. Le debería de haber pedido a las cotorras profesoras que estaban en el aula un poco de silencio. En una cafetería no se hacen exámenes….de momento. Por cierto, un tío que estaba delante del todo, SE GIRÓ para ver el examen de una compañera de clase mientras la clase estaba sola.

Sexto examen, biología. Preguntas literales de actividades que iban mandando a hacer a lo largo del bachillerato.

En esos días, siempre te fijas en las pintas de la gente, en los tíos vestidos de militares, en las tías que se tambalean por el peso del maquillaje en la cara o de los pelos y ojeras de los profesores. Pero sobretodo abres y cierras la cartera como 10 veces antes del examen para asegurarte de que tienes el DNI (siempre hay algún imbécil que aún recordándolo prácticamente cada día en el bachiller, no lo llevan encima).

En cuanto a las leyendas urbanas sobre la PAU… sí algunas son ciertas, como que en el primer examen los de la A están al final de la cola y los de la R van delante de los de la P (hablo de apellidos) y así caeríamos en un bucle infinito del que sólo Sheldon Cooper sería capaz de sacarnos. Pero otras como que tus profesores de instituto no pueden entrar a la clase en la que estás realizando el examen; que no se pueden hacer chuletas; que las clases están siempre vigiladas; que no te resuelven ninguna duda -depende del profesor-  son mentira.

Después de esas jornadas, esperas a que te den los resultados, y le rezas a todo en lo que no crees para que la nota te dé para entrar en la carrera que quieras. En caso afirmativo, rebozas de alegría, en caso negativo te metes a cualquier cosa para hacer tiempo (un ciclo formativo, una carrera de poca nota de corte, te dedicas a hacerle compañía a esas señoras que fuman en las esquinas para ahorrar para el año que viene…). Se sucede el verano más corto de cuantos recuerdas, sobretodo si la universidad a la que vas a ir no es la que tienes más cerca.

5.- Por fin, tras prematrículas, matrículas, búsqueda de piso, y mucha paciencia llegas al primer día de clase, la primera semana, el primer mes. Lo único diferente de tu anterior vida es que tienes que hacerte tú la comida. La Universidad no es un centro de conocimiento y sabiduría ancestral de la que te hablan continuamente. La universidad es una especie de unión de varios institutos (facultades) que lo que hacen es guiarte en un único tema con la finalidad de que les dejes tu dinero y tus notas para ellos darte un título que no te sirve salvo que pases 3 años haciendo un máster y un doctorado. Es así de frío, y así de real. Es un instituto del que acabas de salir pero a lo bestia. Ahora con Bolonia y el tema de los parciales se parece mucho más. 

Los estudiantes actúan igual (salvo excepciones), los profesores están de paso y sólo quieren volver al despacho para investigar o a casa para descansar. Yo  lo que digo es, que si dar clase es poner un PowerPoint y leerlo, yo doy clase. Al menos, de esta manera me entretengo, doy la materia, no le doy cuerda a los alumnos con las anécdotas y no le toco los huevos con comentarios racistas/prejuiciosos y totalmente subjetivos y personales que a nadie le interesan.

A pesar de esta redacción en la hoja de reclamaciones de lo que se llama “apechuga y vive con ello”; se está bien. Se aprueba todo, me tomo mi tiempo para hacer las cosas bien (ya que las hago no voy a hacer una chapuza. Vivo con mi pareja y con una compañera de piso (otro día hablaré de las costumbres tan propias de este personaje en las distintas zonas del piso) compartiendo gastos. El banco me retuvo la tarjeta por sospecha de fraude (donde compro los billetes de barco sufrió un ataque cracker el año pasado y por lo visto no se ha recuperado) y a mi pareja igual. He engordado. Tengo menos acné. Ya no uso gafa-pasta, me aumentó el astigmatismo y la miopía. Me hice mechas por todo el pelo porque no puedo darme tintes (mi piel reacciona rápidamente a cualquier químico colorante capilar). Me he hecho una adicta a cocinar, y a jugar al parchís. Me encanta lo que estoy estudiando (pero no la forma en la que muchos de los profesores dan las clases), sigo leyendo bastante, no toda la ficción que me gustaría pero para ficción y entretenimiento  ya tengo a los energúmenos/as de mi clase.

Se podría decir que haciendo una valoración global de lo acontecido desde que escribí por última vez para el blog, lo resumiría todo: estoy contenta y feliz con lo que hago, con lo que estoy y con quien estoy.

Espero que hasta pronto

The Ting tings - We’re not the same

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